Tengo ganas de escribir una obra de teatro, no, un guión de cine mejor, una de esas melosodramáticas tristonas, pero con clase, media dark de paso, yo sería un personaje secundario pero de importancia en la trama.
Sería frío, pensativo y de esos que tienen pinta de guardar oscuros secretos. Yo guardaría el secreto, la clave esa que mueve la trama y ya al terminar, en el final iria desfilando como pantallas de recuerdos las cosas que revelan todo al joven amante descubriendo la verdadera razón de la lejanía de su amada y la evocaría con algun antaño amor, mientras tanto el joven amante corre entre verdes prados en una madrugada azulina (la visión sería como los efectos de azul en Underworld II) y yo sigo hablando mientras una banda sonora de violines trágicos e imperiosos hilan ambas escenas, la mía desfalleciendo mientras evoco un pasado donde fuí feliz, donde sonreía y el tiempo no existía y él corriendo en busca de su amada.
Sería bonito escribirla. Lo haré un día. Sí.