Mi vida es un campo de batalla con millones de cadaveres.
Cientos de cadaveres con nombre esperanza, se esparcen por el pavimento de tierra oscura y salitrosa.
La bandera de los vencidos carga destrozada y razgada de la estaca de un lanzero cruzificado. Segundos. Enemigos mortales de los sueños.
Quién soy?; la pregunta que carga con miles de heridos corriendo alborotados con la única fe que entre los campos vorazes de fuego y gritos de dolor un héroe nazca; un héroe que cargue a todos los segundos y junto con la vida misma salga adelante. Una esperanza tangible.
No sé cuantos habrán de morir por la causa.